Uno de los nuestros

Esta genial película dirigida por Martin Scorsese y cuyo título original es "Goodfellas" se estrenó en 1990 consiguiendo ese año 6 nominaciones a los Oscar, incluidos mejor película y mejor director. Pues bien, en este filme Joe Pesci (uno de los mejores actores actuales, salvando las distancias y dentro del género; léase Casino, Toro Salvaje, Erase una vez en América) consiguió el único galardón de los 6 a los que optaba la cinta. ¿En qué categoría? Pues cómo no, consiguió el Oscar al mejor actor de reparto. ¿Que por qué lo consiguió? Pues porque borda diálogos como éste:

─ Yo sólo he dicho que eres gracioso.

─ Vamos a ver si lo entiendo, porque quizás es que estoy algo bebido, sí, es posible, pero ¿cómo soy de gracioso? ¿Quizás como un payaso de circo? ¿Te hago reír, crees que estoy aquí para divertirte? Bueno, ¿por qué soy gracioso, qué tengo de gracioso?

─ No sé, es por como cuentas las cosas, ya sabes.

─ No, no, yo no lo sé, lo dices tú, tú eres el que dice que soy gracioso, ¿por qué demonios soy gracioso?, vamos, ¿qué coño tengo de gracioso?, dime qué tengo de gracioso.

─ Oye, no bromees conmigo, Tommy.

─ Jeje, será cabrón, me ha descubierto, casi se la pego. ¿Habéis visto como tartamudeaba? ¿A que estaba temblando? No sé qué pensar de ti, Henry, seguro que no aguantarías un interrogatorio.

Ahora en vivo, ¡es genial!

Y ahora en V.O. ¡¡Fantástico!!

Todo lo dicho da pie a pensar que todos los actores medianamente reconocidos, lo son por su interpretación indudablemente, pero también por el acierto del director a la hora de elegir quien será el más apropiado para dar vida a un personaje que hasta el momento era blanco sobre negro en un guión o como es el caso, en una novela.

El caso de Joe es de los que sientan cátedra, pues si bien por su físico y su voz es propenso a que se le vea como el típico graciosillo que a veces da pena (ejemplo aplastante sus interpretaciones en Arma Letal) y otras como malo mindundi (Solo en casa), es en el papel de mafioso psicótico donde mejor se desenvuelve, y ¡¡ojo!! siempre como secundario, no intenten contratarlo como principal, pues los intentos fueron en balde.